Todo aquel que el martes pasado intentara escuchar Dónde Está Mi Bazooka se daría cuenta de que no se emitió, ya que estábamos en la sala Rockstar de Barakaldo en el concierto de Circle, Keelhaul e Isis.
El concierto empezó a las 9 de la noche más o menos con unos Keelhaul que desde el primer segundo dejaron bien claro lo que iban a hacer. Comenzaron quizás con el sonido en el primer tema demasiado alto, pero para el segundo esto ya se había arreglado, dando paso a un corto pero arrollador bolo de una media hora aproximadamente que si bien dejó indiferente a cierta parte del público que (supongo) sólo venía a ver a Isis, a otros nos hizo disfrutar muchísimo e incluso en algunos casos como el mío nos quedamos con ganas de más.
Aún así, muy bien por ellos, ya que nunca es fácil abrir un concierto en el que una buena parte del público sólo espera la llegada del último grupo.
Con los tímpanos ya ciertamente lastimados decidimos no ver a Circle, ya que lo que habíamos oído en su myspace no nos gustaba nada, y nos fuimos a beber y cenar algo.
Cuando terminamos de llenar nuestros estómagos fuimos a ver que se cocía por Circle, pero no llegamos a entrar hasta que acabó. Tras una espera que se nos hizo bastante larga llegaron Isis. ¿Qué decir de estos fueraseries del post-metal? El bolo fue precisamente lo que esperábamos: una puta apisonadora que se llevó por delante a todo el personal que estaba allí presente.
El primer tema ya dejó entrever la grandeza de lo que se nos venía encima. Con un sonido perfecto empezó un carrusel de temas entre los que destacaron Carry, Wills Dissolve y el que para mí es el mejor tema del Wavering Radiant, Threshold of Transformation.
Tras una hora y poco se marcharon para volver con un bis de 3 temas que duró media hora más, más o menos.
Quizá la única pega que se le puede poner al concierto es que se decantasen por tantos temas del último disco que no terminan de noquearte como lo pueden hacer temas del Oceanic o Panopticon, pero con terminar tal y como terminaron, con el tema Oceanic alargado maravillosamente se les perdona todo.
En resumen, un conciertazo que no me gustaría haberme perdido y ojalá vuelvan pronto, se lo pediré a Papa Noel en mi carta.
El concierto empezó a las 9 de la noche más o menos con unos Keelhaul que desde el primer segundo dejaron bien claro lo que iban a hacer. Comenzaron quizás con el sonido en el primer tema demasiado alto, pero para el segundo esto ya se había arreglado, dando paso a un corto pero arrollador bolo de una media hora aproximadamente que si bien dejó indiferente a cierta parte del público que (supongo) sólo venía a ver a Isis, a otros nos hizo disfrutar muchísimo e incluso en algunos casos como el mío nos quedamos con ganas de más.
Aún así, muy bien por ellos, ya que nunca es fácil abrir un concierto en el que una buena parte del público sólo espera la llegada del último grupo.
Con los tímpanos ya ciertamente lastimados decidimos no ver a Circle, ya que lo que habíamos oído en su myspace no nos gustaba nada, y nos fuimos a beber y cenar algo.
Cuando terminamos de llenar nuestros estómagos fuimos a ver que se cocía por Circle, pero no llegamos a entrar hasta que acabó. Tras una espera que se nos hizo bastante larga llegaron Isis. ¿Qué decir de estos fueraseries del post-metal? El bolo fue precisamente lo que esperábamos: una puta apisonadora que se llevó por delante a todo el personal que estaba allí presente.
El primer tema ya dejó entrever la grandeza de lo que se nos venía encima. Con un sonido perfecto empezó un carrusel de temas entre los que destacaron Carry, Wills Dissolve y el que para mí es el mejor tema del Wavering Radiant, Threshold of Transformation.
Tras una hora y poco se marcharon para volver con un bis de 3 temas que duró media hora más, más o menos.
Quizá la única pega que se le puede poner al concierto es que se decantasen por tantos temas del último disco que no terminan de noquearte como lo pueden hacer temas del Oceanic o Panopticon, pero con terminar tal y como terminaron, con el tema Oceanic alargado maravillosamente se les perdona todo.
En resumen, un conciertazo que no me gustaría haberme perdido y ojalá vuelvan pronto, se lo pediré a Papa Noel en mi carta.
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